Hace justo un año conocía por primera vez Lisboa. Pocos meses después compraba un vuelo por 35€ con Vueling para volver con amigas para redescubrir la capital portuguesa. El día seis de marzo aterrizábamos en una ciudad a 20º con un sol de justicia. Nuestra primera y errónea decisión fue coger un taxi de los que esperan en la puerta del aerpuerto para llevarnos al apartamento. Digo errónea porque el espabilado nos cobró 20€ más de los que marcaba el taxímetro por las benditas maletas. A mí nunca me han gustado los taxis, ni siquiera cuando no existían plataformas alternativas. Pero es que viendo el panorama hoy en día no vuelvo a caer en la trampa de no saber cuánto me va a costar contratar un servicio, sea el que sea. Pasado el mal trago, que nos duró poco, llegamos al apartamento Marquês de Tancos que alquilamos a través de AirBnb. Un apartamento con capacidad de hasta seis personas que ha sido una maravilla. Cada una pagamos 120€ por cuatro noches (hemos ido cuatro personas), lo que hace un total de 155€ vuelo y estancia para cinco días y cuatro noches. El alojamiento está situado en Alfama y desde allí nos hemos podido mover por todo el centro a pie.

Una vez dejamos todo en las habitaciones, nos fuimos a conocer una de las tiendas de cerámica más brutal que he visto nunca. Cerámica al peso. La tienda se llama Cerámicas na Linha y es el paraíso de los platos, tazas, cuencos… bueno, bonito y muy barato. Recomiendo dejar hueco en la maleta para poder meter todo sin que casque.

Una vez hechas las primeras compras, apetecía algo fresquito. Yo no bebo cerveza, y en viajes como estos siempre aprovecho para beber sidras de sabores. Esto viene de los meses en los que viví en Dublín. De camino a la tienda de cerámica nos encontramos con el Delirium Café así que a la vuelta entramos a conocerlo. Me pareció un sitio muy guay, algo parecido a una taberna irlandesa llena de elefantes rosas como los de Dumbo en el que se puede beber y cenar muy a gusto.

La premisa de este viaje era comer, comer mucho y comer bien. Para ello íbamos con la preciosa Patri de Foodiario que se encargó de reservar en los mejores restaurantes de Lisboa. Para la primera noche el elegido fue el restaurante Santa Rita a dos pasos de nuestro apartamento. Un restaurante raro, de los que ves desde fuera y no te planteas entrar pero en los que cenas hasta reventar por unos 10€ por cabeza. Mi elección fue un plato de pechuga de pollo con patatas fritar y salsa de café. Sí, salsa de café. Salsa de la que no había oído hablar en mi vida pero que sorprendentemente estaba de rechupete.

Día 7, sábado. Bajamos del apartamento y descubrimos otra tienda de cerámica de las que hacen que se te caigan las lágrimas, sobre todo cuando la pillas cerrada: A Loja de Cerámica. En este caso era casi tan bonito el continente como el contenido…

Para el primer día teníamos reservada la joya de la corona. Un food tour con mucha miga. El food tour más contratado del mundo y número uno en AirBnb Experiencias: Trasures of Lisboa. Una experiencia brutal por la que pagamos 60€ por cabeza y con la que estuvimos comiendo y bebiendo casi cuatro horas. No os voy a contar qué comimos y a donde fuimos durante todo el tour porque perdería toda la gracia… y algo de emoción hay que darle. Lo que sí os voy a contar es donde y qué desayunamos. Por supuesto lo primero que metimos al cuerpo fueron unos pasteles de nata en el centro de Alfama. No tendría mucha gracia si no fuese porque esta pastelería llamada Pastelaria Alfama Doce hace los pasteles de nata con un ingrediente secreto que cambia el sabor de cada bocado. Recomiendo mucho que vayáis a probar los de allí.

Para rematar la parte dulce del tour nos llevaron a comer algo que si no me recomiendan no me da por probar seguro. Los famosos pasteles de alubias, pasteis de feijão. Si lo sé, dejo los pasteles de nata para otro día y me hincho a comer de estos. ¡Qué cosa más rica! Supongo que los habrá en más sitios, aunque recomiendan comerlos en Fábrica do Pastel Feijão.

Acabado el tour aprovechamos que era sábado para ir a conocer la Feira de Ladra en Santa Ana. Un mercadillo muy del estilo del de Madrid los domingos en el que, cómo no, dimos con otra tienda de cerámica de las de toma pan y moja: Armazem das Caldas. Especialmente recomendable para amantes de los animales. Increíble.

Una vez hecha la vuelta por el mercado, pedimos un coche a través de Kapten , una aplicación como Uber o Cabify disponible en Lisboa, que nos llevó hasta la puerta de Lx Factory, mi sitio favorito en la ciudad al que se puede ir a disfrutar con nuestros perros. Todos y cada uno de los rincones son una pasada pero yo os voy a recomendar los que más me gustan. El primero Landeau Chocolate. Considerado el sitio con la mejor tarta de chocolate del mundo. Mi perdición no es precisamente el chocolate, pero de las tartas que he probado es sin duda mi favorita. El pedazo cuesta 3€, no es una ganga, pero merece la pena probarlo. Además el bar es precioso. Como la librería Ler Devagar que casi tiene los mismo libros que personas haciendo fotos en sus pasarelas, pero igualmente merece la pena entrar a verla o a tomar algo en el bar de dentro. Y en tercer lugar Rio Maravilha . Un bar situado en uno de los edificios con una azotea en la que da gusto estar. La meca del postureo por sus maravillosas vistas al puente 25 de abril donde puedes comer y beber en un ambiente muy guay en el que no es tan sencillo pillar sitio.

Para poner el broche de oro al día, nuestra guía culinaria nos tenía reservada una mesa en uno de los restaurantes de moda en Lisboa, el Sal Grosso Taberna. Una cena de diez, un precio medio de 15€ por cabeza y un servicio de los que dan gusto cómo te tratan. Aviso a navegantes, reservad porque la cantidad de gente que se apelotonaba fuera esperando era importante.

El tercer día, domingo, contratamos un free tour por la ciudad con la empresa Tours Of My Life. Pero antes, cómo no, tocaba desayunar y en Lisboa no se puede desayunar otra cosa que no sean pasteles de nata. Esta vez en Manteigaria. Nos guió una chica llamada Adriana, mitad portuguesa mitad venezolana que nos dio, en mi caso, el mejor free tour que he hecho hasta ahora. Muy recomendable.

En este momento mi espalda ya no podía más con la cámara y decidí que antes de un ataque de migraña inminente, lo mejor era parar y disfrutar de la ciudad sin pantallas de por medio.

Cuando acabamos, cuatro horas después, fuimos a comer, siempre con reserva, a Penalva de Graça , una tasca que me recomendaron el día anterior por Instagram al que no pudimos resistirnos. RECOMENDACIÓN PARA ENCONTRAR UN BUEN SITIO EN EL QUE COMER EN LISBOA: buscar siempre en las puertas/escaparates que los menús estén escritos en servilletas, pizarras u hojas. Eso querrá decir que el género es fresco y por ello diariamente cambian los menús. Esto es lo que se aprende en un free tour. Arrocito con marisco, pescado fresco, buena carne… es lo que encontraréis en esta tasca cutre donde comimos con babero de plástico y nos chupamos hasta los codos. Un sitio de diez en la relación calidad precio.

Con la tripa bien llena y sin haber comido postre, pedimos un coche que nos llevase hasta Belem, más exactamente a Pastéis de Belém, donde nació el famoso pastel de nata. En mi opinión, nada que envidiar a los que ya habíamos probado, aunque merece la pena ir a ver la pastelería y quedarte embobada mirando el obrador. El ir, atención porque tiene tres entradas. Dos de ellas son para comprar y llevar, no para tomar en mesa. La cola del medio te lleva hasta dentro donde tienen capacidad para 400 personas. Es el parque temático del pastel de nata.

El cuarto día nuestro plan era ir a conocer Sintra y el Palacio de la Pena. Decidí dejar la cámara en el apartamento para descansar el cuello y la cabeza. Me habían dicho que Sintra era todo verde así que seguramente tampoco iba a querer hacer muchas fotos.

RECOMENDACIÓN PARA IR A SINTRA: sacad el billete de tren, que son 5€ ida y vuelta, el día anterior. Por la mañana se generan unas colas infernales en la estación para comprar el ticket. Y si tenéis claro qué queréis ver en Sintra, comprad por Internet las entradas.

Mi opinión… es una excursión prescindible. En el caso de querer conocer el Palacio de la Pena creo que con los jardines es más que suficiente. Lo digo porque te cobran 7€ por entrar a los jardines y 14€ por los jardines y el interior del palacio. Llevamos la comida desde casa, unos bocadillos, un poco de queso, frutos secos… y para ser sincera pasamos más tiempo en una cafetería hablando de nuestras empresas que viendo el palacio en sí. Podríamos hacer optado por ir al Cabo de Roca y nos hubiese cundido más el día.

¡Ah! Al llegar a la estación de Sintra, hay ordas de buses y tu tuk tuk dispuestos a llevarte al monumento que quieras ir a ver… por el precio que te van a cobrar, mejor llama a un coche con Kapten. Lo que pagamos las cuatro es lo que nos hubiese costado el viaje en bus a cada una.

Al volver a Lisboa, fuimos a conocer la librería más antigua del mundo. Es la librería que más años lleva en activo. Para ser exacta, lleva abierta desde 1732. Es la librería Bertrand, en la que si los pides, te estamparán el sello del record Guinness en el libro que compres. Después fuimos a una tienda situada en la misma calle, a unos 70m llamada A Vida Portuguesa en la que podrás comprar desde jabones que huelen a gloria, hasta semillas. Pero todo muy bonito muy bonito. Para cerrar el día y despedir el viaje, cenamos en A Cultura do Hambúrguer, una hamburguesería de diez en el centro de la ciudad.

Últimas horas en Lisboa. Decidimos alargar el desayuno y meternos entre pecho y espalda un brunch de los de The Mill. Creo que fue la comida en la que más pagamos por persona. Ahora… bien pagado estaba. Un platazo de huevos fritos con beicon, una tostada con aguacate, beans, ensalada, yogurt con granola y frutos rojos… pues eso.

Para bajar toda esa comida bajamos casi hasta el río para ver la calle rosa de Rua Nova do Carvalho, la zona de fiesta que preferimos conocer de día. Como broche final antes de ir al aeropuerto, una cervecita en la Plaza del Comercio cerraba uno de los viajes más productivos que he hecho nunca. El 8M me pilló en otro país con 3 de las mujeres emprendedoras y luchadoras con las que comparto mi vida y de las que diariamente aprendo algo nuevo. Sin duda lo mejor de este viaje ha sido darme cuenta de eso, de lo bien rodeada que estoy y de la suerte que tengo con las personas que conozco gracias a esto.

Un comentario

  1. Me encanta esta guía Mai! Me apunto todos los sitios para comer y ver para la próxima vez que vaya a Lisboa, ya que apenas recuerdo nada porque era muy pequeña. Las fotos son una maravilli que te anima a mirar un vuelo para irte ahora mismo:D

    Besitos <3

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