Un mes ha pasado ya desde que me dieron las llaves de mi nuevo estudio. Todo esto empezó en el viaje a Madrid que hicimos Nowita y yo para seguir con el proyecto que nos traemos entre manos. Me rodeé de muchas mujeres emprendedoras, artistas, con sus espacios llenos de luz, amplios, preciosisisisisisisisimos… Y todas me decían que debía seguir creciendo, buscar un nuevo espacio más amplio (os recuerdo, y os dejo AQUÍ el post, que mi anterior estudio medía 15 metros cuadrados), con más luz natural, que me diese la oportunidad de desarrollar nuevos proyectos, ideas… Total, que a la vuelta mi cabeza no dejaba de darle vueltas a esa idea.

Un estudio nuevo, un espacio más grande, con cristaleras, más cerca de casa, donde pudiese pasar horas con Sugaar, donde poder recibir a quien quiera venir a visitarme… ¿Opciones? No muchas. ¿Ilusión por encontrarlo? Todas las del mundo. Me voy a ahorrar la odisea que viví durante una semana entre ver locales sin instalación eléctrica, mensajes a altar horas de la noche, cambios de precio…

Lo importante es que encontré el espacio perfecto en el edificio que llevaba tanteando desde hace más de cuatro años. Luz para aburrir, instalación eléctrica hecha, la zona perfecta, un súper al lado, un hamburguesería debajo, a 15 minutos de casa y 3 del box. Pero ay amigas… El terrible momento de «y ahora… ¿Cómo lo pago?«, «¿Tendré trabajo suficiente para mantenerlo?» «¿Me meto en un gasto fijo MÁS al mes?«. Pero como bien decían todas esas mujeres que me empujaron a dar un pasito más en este proyecto «El trabajo llama al trabajo y el dinero llama al dinero«.

Y efectivamente. He querido esperar un mes para hacer esto post para poder deciros que efectivamente no hay nada como lanzarse y obligarse a mover el culo para que las cosas lleguen. Ha sido un mes lleno de proyectos, de fotos de producto, de tener a personas trabajando aquí, de planes de futuro, de contenido para redes, de conexión con quienes estáis leyendo esto y os habéis interesado por todo el proceso… Poder crear más y mejor, poder tener todo bien ordenado, guardado, a mano. Poder presentar ideas a marcas con las que me muero por trabajar. Poder desarrollar ideas que antes se me hacían imposibles por falta de espacio. Poder venir a un estudio en el que me siento como en casa donde comparto tiempo con quienes quiero. Y sobre todo donde puedo hacer millones de fotos diferentes a diario solo por eso, porque puedo.

No sé qué pasará mañana pero de momento hoy voy a seguir disfrutando de todo esto. Os dejo con una parte de las fotos que he podido hacer durante todo este mes.

Ilustración hecha por Aner

Ilustración hecha por Miki Noëlle

Foto de producto para Macurli

Colaboración con Hunting Ponny

Colaboración con El Hijo del Carpintero

Y antes de irme agradecer a quienes habéis estado como siempre arrimando el hombro para que esto sea posible montando muebles o desde la distancia. Con este nuevo estudio arranca la era 3.0 de MESTIZAA.

Un comentario

  1. Desprendes una ilusión contagiosa. Nosotros estamos trabajando en un nuevo taller y leerte me han dado ganas de acabarlo ya! Por cierto, que ilu ver nuestras piezas por aquí. Mil gracias y un abrazo fuerte

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